Rodolfo
Daluisio
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LETRAS - Obra literaria de labor propia - POÉTICA |
VERSOS
DEL PAGO
1986 - 1992
Rodolfo Daluisio
_____________________ CapítuloIEL CANTO ABANDONADO
I
EL PAGO Y EL ALMA
La tierra que se alarga
distante, en la llanura;
y en el cielo se pierde
la luz de un más allá.
Y muy dentro del alma,
la pasión se arrincona;
va bordeando su orilla
una fiel soledad.
Ligados cielo y tierra
conviven con la estela,
que, del rojo horizonte
se va, lejana, al mar.
Y las almas persisten
en la cruel iracundia,
que despierta el recelo
del perdido ideal.
Una cruz, una pena,
un amor que perdona;
y en el cielo se aclara,
la luz de un más allá.
EL CANTO ABANDONADO
II
LA VISITA La visita de la abuela
viene sobrada de anuncios.
Anticuario de consejos,
de tristezas y de augurios.
Y la fuerza de saber,
que en nuestra alma asustada,
la buena corazonada
confía su aceptación:
el tiempo le da argumentos
y la vida: el buen amor.
La visita de la abuela,
con su mirada de antaño,
se fue yendo, tal, ingenua,
por la puerta de los años.
Y la herida del ayer
que quiere ser entendida,
hoy, tiene la despedida
ausente de su dolor.
El tiempo le da constancia
y la vida: un corazón.
EL CANTO ABANDONADO
III
AQUELLA AURORA Amor de aquella aurora
de antigua despedida,
vagando con los sueños
y errante por la edad.
Amor de aquellas horas
del oscuro recuerdo:
¡¿ qué hiciste con el ruego
olvidado, de ayer?!
¡Ay!, luz, del cielo mío,
vibrando en la añoranza:
ingenuo de abandono,
y de desilusión.
Amor, quedó tu noche
en la herida ignorada:
¡¿ qué hiciste con la pena
que mi dolor te dio ?!
EL CANTO ABANDONADO
IV
LA CASA DE ANTES Mientras la lluvia canta
punteando sus bordonas
sobre el techo de lata,
que cierra el bien vivir,
el Ángel, me recuerda
que allá, en la casa de antes,
todo fue tan propicio
en un alto ideal,
que aún en la amargura,
cumplíase el designio
de la vida valiente:
cada día en su pan.
Mientras el hombre canta
confiado en su memoria
sobre el suelo aquietado,
que ampara el bien vivir,
la vida, le recuerda
que allá, en la casa de antes,
todo fue venturoso
en un alto ideal;
que al paso de la infancia
el día se renueva
y en la pena perdura
la esperanza del pan.
EL CANTO ABANDONADO
V
LA TARDE EMOCIONADA La lágrima redonda
vuelve a caer, transida,
alumbrada en el fuego
del sol crepuscular.
La tarde emocionada
viene a traer la muerte,
la muerte de los viejos
colmada de bondad.
La noche se anticipa
con su rodar de amores,
el abuelo se ha ido
a un bien de soledad.
La tarde emocionada:
una esperanza alerta.
La muerte de los viejos:
un canto de bondad.
EL CANTO ABANDONADO
VI
¿ QUIÉN LLAMA ?, CORAZÓN ¿ Quién llama al infortunio
del viento de los llanos,
viniendo del misterio
la voz de su rumor ?
¿ Quién deja la inquietud
de una angustia tumbada,
en el aire vibrante
campeando lo profundo ?
¿ Quién calla la noticia
sentida en la agonía
de un cruel presentimiento
de la fatalidad ?
Amor. Incertidumbre.
Ausencia. Desazón.
Amor. Desvío y llanto.
Calvario y corazón.
EL CANTO ABANDONADO
VII
RAPSODIA BREVE La señal de la estirpe
asciende hasta la aurora,
se enlaza con las almas,
errante, por la edad.
¡ Cuánto afán de las horas
del día en que se vive,
al ver cómo se clama
luchando por el pan !
Rememora en el trueno
y en lluvia se describe,
una rapsodia breve
capaz de perdurar.
Se deleita la vida
en idas y venidas
del alma de unos héroes
de un sueño, de una paz.
EL CANTO ABANDONADO
VIII
IGUAL DESTINO Un aroma de acacia y de eucalipto
perfuma el aire tibio de la tarde.
El viento se disuelve entre las ramas
haciendo grandes galas de un alarde.
Sentadas, en la paz de la vereda,
las almas enlazadas por la sangre,
contemplan la potencia del paisaje
como una pertenencia secular.
Sube un olor de tierra salpicada
del suelo polvoriento del camino,
que da a entender una consigna antigua:
substancia con substancia aparejadas,
eternas, como el círculo del cielo:
idéntico nacer e igual destino.
EL CANTO ABANDONADO
IX
LOS OJOS DEL NIÑO La planicie inmensurada
viene a los ojos del niño,
como un lago de pupilas
sobre un verde cristalino.
Por el lago de los ojos
sale a buscar su infinito,
divagando la mirada
por el aire pensativo.
En el cielo de los grises
que transitan los azules,
contornea sus crespones
la blanca piel de las nubes.
El temor vendrá mañana
con sus viajes del olvido,
del adiós y la añoranza,
con su antigua voz de niño.
No te acuerdes de mañana
cuando tengas que partir,
mira el verde cristalino
por tus ojos revivir.
Mira el lago de pupilas
que se levanta a lo lejos,
con el pan de una esperanza
despertando de su sueño.
EL CANTO ABANDONADO
X
ALBARDÓN DE LA CAÑADA Bajo el puente,
el arroyo se mece en la totora.
Y se mira la luz en la corriente,
con aguas sosegadas en la aurora.
Un bañado,
con pájaros y grillos taciturnos.
La antigua timidez de los peludos
punzando la dureza de la tierra.
La mañana,
sorprende a la belleza de la hierba,
que danza, con el viento silbador,
al dulce canturreo de los patos.
Todo luce,
en la sabia presencia de la luz:
la vibrante trompeta del hornero,
el secreto temor de la lombriz.
A lo lejos,
galante y danzarina la perdiz,
vigila entre la hierba enmarañada
al plácido silencio del camino.
El aroma
del agua que transita, sin apuro,
destila, en su remanso, los colores
del verde luminoso de los pastos.
La distancia
admira la paciencia vigorosa
de la vida, que vive sabiamente,
en el viejo albardón de la cañada.
EL CANTO ABANDONADO
XI
". . . ESTAR . . ." Las tardes reposaban gozando sutilezas,
cumplido el sentimiento de algún último afán.
Y el color del ocaso, de amarillo sereno,
sin mirarlo, nos daba su hermosura fugaz.
Fue en un tiempo sencillo de confiada pobreza.
El dolor descansaba de su cruel confesión,
cuando el miedo pasado era un manto de olvido,
conviviendo en silencio y en tranquilo perdón.
Por tan limpio recuerdo de las horas aquellas :
el Angel persistente asistiendo a las almas,
contra el fácil orgullo, que castiga al que ama;
cuando el amor combate defendiendo una vida.
El bien de las potencias rectoras de los días
pasaban sin apuro, en alas de los aires
que surcaban elogios de leves entusiasmos,
del azar confidente y el pudor renovado.
Momentos en que el alma espera ser llevada
más allá de un camino que ha trazado esa vida.
Sintiendo hacia lo alto, se sube al infinito
arrullado en el tono de esas tardes vividas.
Más linda es la pobreza, que se vive en la fuerza
de una virtud potente, por sobre todo amparo.
El drama de los tiempos tiene un trance sencillo
que se cumple sin falla, en luz de algún ocaso.
EL CANTO ABANDONADO
XII
LLANO Y CIELO Mi tierra es una llanura
tan grande y con tanto suelo,
que planea de hermosura
en horizonte y en cielo.
En ella vive el paisano
con amor y desafío,
con goce en el corazón
y en el alma señorío.
Vive la vida de ayer
trayendo un canto de lejos,
un enigma de los triunfos
y una luz de buen consejo.
Por eso vuelan estilos
de cantares descifrados,
que acompañan sentimientos
de ideal contrapunteados.
Porque mi tierra se alarga
en horizonte y en suelo,
no cabe el alma en sí misma,
tan grande y con tanto cielo.
EL CANTO ABANDONADO
XIII
POR EL UMBRAL DE LA CASA Por el umbral de la casa
pasa la vida constante:
adentro el bien de lo propio,
afuera el triunfo distante.
Entra el amor por la puerta
conquistando el corazón,
y queda esperando afuera
el adiós de algún perdón.
Tal vez no entre hasta el alma
el bien de la despedida,
y quede mirando atrás
hacia la cita perdida.
Viene el día en su regreso,
pasa la noche vagando,
y pasa el presentimiento
con su espina acompañando.
Por el umbral de la casa
mucho se lleva el olvido,
mas, por donde todo pasa,
ningún recuerdo se ha ido.
EL CANTO ABANDONADO
XIV
LA BUENA VISITA El corazón se renueva
y el amor se felicita,
la casa entera se exalta
al llegar de las visitas.
Se sientan las confesiones,
los recuerdos hacen rueda,
y en los rincones del alma
la vida se desenreda.
Convidan a celebrar
los encuentros renovados,
y entre alegría y nostalgia
se desconcierta el pasado.
¡ Qué regocijo es la vida
cuando el afecto se invita
a sembrar la gratitud
junto a la buena visita !
EL CANTO ABANDONADO
XV
EL PATIO PROPIO Entre los aires del patio
se dan cita de entrecasa:
el presentir de lo propio
junto a la vida que pasa.
Vuelven victorias remotas
a compartir los acuerdos,
y entre largas conversadas
se desenlaza el recuerdo.
El cielo viene a esperar
por los rincones floridos,
que los encuentros retornen
y que vuelvan los olvidos.
El patio guarda secretos
que quedaron encerrados,
entre unos muros del alma
y anhelos abandonados.
Desde los aires del patio
vagan los goces vividos
de los seres compañeros
serenamente perdidos.
EL CANTO ABANDONADO
XVI
AL CAER LA ORACIÓN Se descifra la noche
por la puerta augural de los encuentros;
un canto que retorna
hasta el hondo infinito del silencio.
A mi lado la sombra
bebiendo la figura de mi copa;
y la luna, que invita
a la danza perpetua de los tiempos.
Al caer la oración
sobre el aire nocturno de mi tierra,
va la luna y mi sombra,
y se hunden conmigo en el paisaje.
Trío eterno
en la noche paisana,
inconmovida.
EL CANTO ABANDONADO
XVII
LO ALTO DEL LUCERO Amigo de la noche, va, el sendero
con tenue soledad.
Encolumna la sombra su silencio
sobre el llano del alma.
Un secreto allá arriba en el lucero:
¡ tan alta su bondad !
La luz tiene noticias de misterio
que infunden su hermosura.
Si mis ojos se van al infinito
se estrecha mi sendero;
y en la danza perenne de los cielos:
llanura... alma... lucero.
Somos tres, en la luz del alto vuelo,
en viaje hacia lo eterno.
EL CANTO ABANDONADO
XVIII
NOCTURNO La noche de la llanura
donde canta alguna ronda,
planeando por la espesura,
su nocturna vaguedad.
La noche de las visitas,
y del canto de las ranas,
rondando por su dominio,
de misterio vesperal.
La noche del infortunio
que amenaza con su sombra,
si esconde la vida ingrata
por indigna tempestad.
La noche de la inocencia
si cantando sobrevive,
gimiendo por la espesura
su confiada vaguedad.
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