LETRAS - Obra literaria de labor propia - POÉTICA
VERSOS DEL PAGO
CAPÍTULO XV - LOS DÍAS DE ESPLENDOR

VERSOS
 DEL  PAGO


1986 - 1992
    Rodolfo  Daluisio

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Capítulo

 

XV

 

LOS DÍAS DE ESPLENDOR

 

 

                 1)    VINO NUEVO

 

        Andar por el camino buscando nuestra huella.
        La vida laboriosa
        es un claustro vacío en la piedra perpetua:
        espera ese mañana
        de la luz impaciente que se ve renacer.

 

        Al lado del asombro nos habla lo invisible;
        nos mira con su enigma;
        y nos llama lo nuevo, reposado en su calma.
        Se dice nuestro nombre,
        revelado en el signo que nos quiere alumbrar.

 

        Atrás queda el recuerdo que huye en una muerte;
        vestigio de esa piedra
        que nos retiene el paso de la angustia de antes.
        El alma con su goce
        acompaña en el germen que nos va a descubrir.

 

        Si el odre de una vida reposa al vino nuevo
        no importa ya, el perfume
        que consagra la pena del martirio pasado.
        Un júbilo nos toca
        por darnos otra vida que se echa a correr.

 

 

XV - LOS DÍAS DE ESPLENDOR

 

                 2)   VOLVERÉ

 

        La muerte es como irse
        por el camino de uno.
        Y tan propia es la senda
        que ya, no hay más enigma
        de la vida de otros.

 

        Partir por ese viaje
        donde se va muy solo
        a la paz de infinito,
        designa la promesa
        de saber el retorno.

 

        El día que me vaya
        por el destino sabio
        que trasunta la vida,
        un canto de la ausencia
        va a quedar esperando.

 

        La misma melodía,
        permanecida en canto
        repetido y perfecto:
        en alma, nos regresa
        a una vida perpetua.

 

 

 

XV - LOS DÍAS DE ESPLENDOR

 

                 3)   UN DÍA : UNIDOS

 

        Hay un día genuino para estar más unidos
        con la ilustre visita que se dan los amigos.
        Donde todo es entrega del amor convivido,
        a la hora perfecta de un motivo infalible.

 

        Y se apura el festejo celebrando la cita,
        conservando esa dicha en recuerdo confiado.
        Un refugio gozoso que no teme al mañana,
        por sentirse una rama en el árbol de hermanos.

 

        La rencilla casera no desluce al presagio
        de la heroica consigna conviviendo lo de uno.
        Cada alma concierta, con valor victorioso,
        en un mismo camino, el designio de muchos.

 

        Porque un día vivimos más unidos que nunca
        en la insigne memoria de ideales amados.
        Y saber transitoria la ligera discordia
        si se espera una vida en la paz duradera.

 

 

 

XV - LOS DÍAS DE ESPLENDOR

 

                 4)   TENEMOS QUIEN SE ACUERDE 

 


        Tenemos quien se acuerde
        de algo nuestro.

               Aunque alguna mañana
               un jardín y una tumba
               nos dicen que se ha ido la antigua mansedumbre,
               que nos prendaba el alma con su amorosa guía.


        Tenemos quien nos lleva
        de la mano.

               Si la luz de los días
               no se enciende en la llama,
               y tarda el entusiasmo que instruye a nuestra vida
               con el fervor valiente de sostener la pena.


        Tenemos quien espera
        nuestro arribo.

               Cuando luce el hallazgo
               que vislumbra la vida :
               invita lo admirable con su descubrimiento
               por afianzar la senda que aclara nuestro enigma.


        Tenemos quien reserva
        nuestro sitio.

               Por la vida apurada
               de veloces angustias;
               si ahuyenta a las bondades que luego permanecen
               en un rincón buscado por el amor secreto.    


        Tenemos quien confía
        a nuestro lado.

               La sola compañía
               que enlaza nuestra suerte.
               Por amor convivido siempre hay alguien al lado
               en ese fiel rescoldo de la memoria buena.

 

 

 

XV - LOS DÍAS DE ESPLENDOR

 

                 5)   CERCA DEL MÁS ADMIRADO

 

        Si se quiere aquel puesto de la ilustre conquista
        enlazado en la historia de los triunfos heroicos,
        como el hilo de oro de un arcano tejido,
        que se trama en los tiempos del convite viviente.

 

        Si se aspira a la forma de la obra perfecta,
        ensoñado reflejo de imitar lo grandioso,
        hacia el canon amado de seguir la secuencia
        que procede de un mundo de feraz permanencia.

 

        Cada alma es la chispa de aquel fuego infinito
        donde viaja la llama que trasciende a lo alto.
        No se fija un comienzo para el alma consciente,
        ni se impone un final, que limite supremo.

 

        En la grada ascendente cada ser victorioso
        busca al más admirado de la escala excelente.
        Hasta ver el ejemplo que se acerca a lo eterno,
        junto al AMO distante de la impar maravilla.

 

        En el pétalo nuevo de la flor más sencilla,
        se aposenta ese trono de tal triunfo creado.
        Como aquella palabra que se entrega y se admira,
        por el fruto gozoso consagrado en : amor.