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Capítulo
VII
AL TANGO
I
¿ EN QUE SILENCIO ... ?
¿ En qué silencio arcano de arrabal
ignotos corazones revelados,
cantaron tu vivir arrinconado
en esa vida mísera y casual ?
¿ En qué sintió aquel canto su ideal
viviendo algún destino apasionado,
con la promesa de lo avizorado,
y en tu sencillo amor del arrabal ?
¿ En qué tugurio de la desazón
tenía el alma su rincón de olvido ?
Si la templanza de un ayer perdido
renace en sacrificio, en ilusión,
en una voz que canta al corazón
con esos versos de un dolor vivido...
VII - AL TANGO
II
UN CIELO
Un cielo grande no llegó a tu esquina
del barrio, visitado por la luna.
Un cielo humilde con humilde cuna;
y en el secreto tu penosa ruina.
Resguarda un patio luces matutinas
como un escaso bien de la fortuna.
Las tardes se entretienen con la luna
cuando la noche espera, allá, en la esquina.
Vaya a saber en qué callado paso
se rememoran con lejano olvido,
irreverentes voces de un acaso.
Si se palpita el vuelo incomprendido
de aquel sentir del alma o del fracaso,
que quiere ver un bien en lo perdido.
VII - AL TANGO
III
SE QUEDO LA TRISTEZA
Se quedó la tristeza campaneando
en ese tango que nos dio la suerte.
Si llora alguna lágrima de muerte
o si el anhelo lo dejó esperando.
Se quedó la tristeza confesando
como la angustia de un pavor inerte.
Como ignorado de la blanda suerte
que siempre quiere irse, aun estando.
Si la nostalgia nunca queda ausente
en el fervor que arrulla a las heridas.
Si luce la pasión incomprendida
por ese revivir de lo imprudente,
cuando se queda triste, ingenuamente,
aquel adiós que apura tu partida.
VII - AL TANGO
IV
¿ DONDE TE FUISTE ?
¿ Dónde te fuiste así, tan arruinado,
tanto llorar y amar, tantas caídas,
como la cruel consigna de una vida
en la vejez de un canto desolado ?
Ya no estás más en el burdel desviado,
ni en la pendiente amarga y derruida;
por esa oscura dignidad vencida
donde quedó tu adiós aprisionado.
¿ Estás oculto, acaso, en un lamento
como un amor que juega entretenido ...?
...¿ O fue la muerte que arruinó tu nido
como fatalidad de tu tormento...?
...¿ No volverá a cantar tu sentimiento
con ese garbo fiel y consentido ...?
VII - AL TANGO
V
DANZA - TANGO
Silencio atento, la parada afianza,
como abrazando un círculo sinuoso.
Un pie despierta al Angel del reposo
y se arremete el paso en la confianza.
Así el misterio gira la asechanza
en ese taco espléndido y airoso.
como el fervor de algún poder grandioso
soñara en remontarse con su danza.
Quieta la mano recalando intentos
por el espacio brioso y muy callado,
como "tayando" adentro un pensamiento.
En su danzar las almas van al lado;
con el oído amando al sentimiento
del ritmo-tango-canto armonizado.
VII - AL TANGO
VI
TAL VEZ
Tal vez el tango sea, nada más,
estar parado al lado de una puerta,
con esa luz de una esperanza cierta
que cree con el alma más tenaz.
Para decir y no callarse más
ante el pasar del mundo por la puerta :
la burla del dolor que desconcierta
o la desilusión de lo falaz.
Tal vez sea no ver ningún mañana
sino el mañana de la valentía.
Creyendo que el amor es la porfía
de perseguir la lucha cotidiana.
Ese coraje de cantar con ganas
lo que hasta ayer, no más, se convivía.
VII - AL TANGO
VII
AL PATIO
Patio... Viviste las remotas horas
con la flor de malvón luciendo al lado,
y la gramínea pródiga, alfombrando,
con ese aire leve de la aurora.
El limonero, y más allá, la mora,
como aguardándonos en lo admirado.
...Y aquel vivir un mundo inesperado,
por la amargura que llegó a deshora.
Si tu perfecto cielo no ha cambiado
en el día fugaz de la ilusión;
ni tu noche de estrellas, ni el malvón,
en recuerdos ingenuos de lo amado.
...Como diciendo un tango ya cantado
que nos espera, atento, en un rincón...
VII - AL TANGO
VIII
SOLO EL ADIOS
Solo el adiós cercando la partida.
Solo la vida que no pudo ser
como agonía de un atardecer,
canta tu canto, en pena inmerecida.
El desencanto de una despedida
en la fatalidad de tu querer.
Si cuanto fue la ruina de un ayer
nos deja el beso amargo de la herida.
Solo un adiós te resta por decir
para perder lo poco, que la vida
te deja con su dura despedida.
Y así con la pobreza, resistir
teniendo solamente, hasta partir,
la fe pequeña que en tu alma anida.
VII - AL TANGO
IX
REENCUENTRO
Tal vez desde este ocaso sorprendido
de antiguo sentimiento, mensajero,
un día divagado y pasajero
asome por tu canto amanecido.
Tal vez tu viejo sueño convivido,
por el capricho de un afán primero,
aquel enigma que perdió el sendero
vuelva a la luz en canto renacido.
Comarca de la suerte abandonada
de un tiempo que ha quedado en el umbral.
Tal vez, llegue la tarde iluminada
para el reencuentro último y leal;
y saque del olvido arrinconada,
la vida que despierte a tu ideal.
VII - AL TANGO
X
HA PERDIDO LA VIDA
Ha perdido la vida, aquel pasado,
con su pomposidad alucinante.
Si mucho fue ilusión de lo inconstante
y más desilusión de lo impensado.
Ha perdido la vida, desolado,
aquel engaño fatuo de un instante,
que te vendió la farsa agonizante
del dicho prepotente y desdorado.
Si el alma conmovida que te anima
despierta a su misión adormilada,
para cantar la vida apasionada,
se llega, por la huella, hasta la cima.
Si un nuevo corazón tiene la estima
de la canción que en bien, fuera cantada.
VII - AL TANGO
XI
LA LUNA CAMPANEA
La luna campanea refilada
la cuna adormilada de ese niño,
que con sus muchos años, siempre es niño,
y se ha muerto de amor sin decir nada.
Si junto con la muerte traspasada,
murió su vanidad y su cariño,
para sufrir, perplejo, como un niño,
la propia vida que se va sin nada.
El tango, es como un tango sin certeza,
que en un ensueño virginal se ha ido
sin desdecir ni al pobre ni al olvido.
Porque su nacimiento es la pobreza,
y su niñez un cofre de promesas,
que se ha quedado solo en su gemido.
VII - AL TANGO
XII
AGUACERO
Aquellos barrios de la intrepidez,
donde la lluvia inventa su armonía,
el aguacero es una rebeldía
que pone un poco más de palidez.
Si cuando no se espera ya, un tal vez,
que resuelva la vida en su agonía,
la charca corta un paso que desvía
como viviendo el signo de un revés.
Y ese revés capea el aguacero
que limpia las desgracias y las muertes,
para quedar viviendo el barro fuerte
como un reducto amargo y pendenciero.
Porque la vida rea es un sendero
de la pura pasión que se divierte.
VII - AL TANGO
XIII
EL SUEÑO
Fue tan cumplido el sueño del ayer,
como si el tiempo no olvidara nada.
Porque palpita la emoción soñada
en el latido que vivió en su ser.
Y fue ese sueño de un atardecer,
que compartió la vida aventurada,
con la canción que en alma fue cantada,
o la promesa que juró un querer.
Amor soñado de la propia vida,
la propia casa, un patio con su cielo,
con la felicidad o con el duelo,
como girando el goce con la herida.
Porque perfecto, el sueño fue medida,
de aquella vida amada en el anhelo.
VII - AL TANGO
XIV
Y TIENES QUE VOLVER
Y tienes que volver desde tu sueño
como un perdón que vuelve renovado,
en la pureza de lo germinado
y en la semilla buena de los sueños.
El brote, si renueva, es más pequeño,
pero llega a la flor y al fruto amado,
tan igual como antes fue creado,
como gema que viste un mismo leño.
Como el pan, que en el hambre desigual,
alimenta, común, al sufrimiento.
El sueño, en las veredas del lamento,
enciende aquella luz providencial,
donde se alumbra un pueblo la señal
que guía por un mismo sentimiento.
VII - AL TANGO
XV
SI REVIVE
Si revive el amor, vuelve a luchar
aquel combate duro y sin reparos.
Porque la cruel vileza del descaro
con su tejumbre infiel vuelve a enredar.
Si revive el dolor, viene a ganar
el viejo cavilar del desamparo.
Pero en la desazón se ve más claro
cuando se ama el propio despertar.
Por eso, la vereda no es ajena,
ni es extraño el desdén de alguna esquina.
Ni enemigo el latir que nos destina
a rumbear esas calles de la pena.
Porque sabemos que la vida buena
nos levanta del pozo de la ruina.